miércoles, 16 de octubre de 2013

La RSE empieza por casa

Por Carmen Cosp (*)

–Yo pago a mis empleados lo que corresponde formalmente, con los beneficios legales–, dicen algunos empresarios. Está bien. Pero eso no es RSE. Solo estás cumpliendo con la ley. Si no lo hicieras serías un infractor más, porque solo el 30% de los empleados tiene seguro social IPS.

A estas malas prácticas y a la falta de transparencia podemos agregar otras de injusticia, maltrato, inseguridad y discriminación dentro de la “casa”.

Sueldos. Las políticas salariales claras y equitativas permiten proyección. ¿Cómo están las remuneraciones? ¿Hay equidad y justicia? ¿Hay parientes con privilegios salariales?

Estabilidad. La protección que da la empresa son empleos seguros, contrataciones justas y estabilidad laboral. ¿Hay políticas que inducen al miedo y la inseguridad de perder el trabajo? ¿Tenemos reglas claras y escritas en cuanto a ingresos, bonificaciones, premios y condiciones de contratación?

Protección para una vida saludable. Más allá del seguro social, necesitamos ocuparnos de una alimentación sana, generar espacios para la alegría, el ejercicio y contacto con la naturaleza, y cuidar el equilibrio de familia y empresa. A menudo creemos que el mejor empleado es el que se queda más tiempo.

Abiertos y participativos. Alentar las iniciativas y decisiones autónomas, respetar y agradecer la gestión, aún cuando forme parte de sus obligaciones, saludar y conversar con cordialidad, y generar espacios para el encuentro, el aprendizaje y la asociación.

Empresas con pobreza. Algunos compatriotas, aún con empleo “estable”, se encuentran en la franja de pobreza por la precariedad de vivienda, alimentación, acceso al agua potable y energía eléctrica. Miremos también estas cosas dentro de nuestra organización, podemos tener sorpresas.

No es extraña la connotación negativa que tiene la palabra “empresario”, porque muchos creen que el éxito de su empresa depende del lucro y esa única meta, define y marca su gestión sin importar los medios, incurriendo incluso en prácticas desleales dentro o fuera de su organización.

“Si solo quiere ganar dinero, por favor no sea empresario”, señala Bernardo Kliksberg, el padre de la Gerencia Social. Y afirma que hay tres tipos de empresas: Las empresas narcisistas que no ven más allá de la ganancia. Las empresas filantrópicas que hacen aportes puntuales a la sociedad, y... las empresas que hacen RSE.

La buena noticia es que la RSE llegó para quedarse en Paraguay. Muchas empresas están en camino, algunas arrancando, otras liderando. Pero todas satisfechas de transitar hacia la meta, porque esta gestión responsable permite el fortalecimiento empresarial... y la alegría de arrancar cada mañana con un proyecto de vida al servicio de la comunidad.

En el próximo congreso de RSE de ADEC (16 y 17 de octubre), seguiremos compartiendo y aprendiendo, pero no hay dudas que... tenemos tareas para seguir trabajando dentro la “casa”.

(*) Junta ADEC

Artículo publicado el diario Última Hora - Página 24 - 11/10/13

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